Sociedad, ciencia y conciencia
Ya quedan pocos
españoles por el suelo patrio que se acuerden del Plan de Estabilización de
Ullastres. Consistía en algo parecido a los recortes de
hoy día. La historia da vueltas y
acaecen las mismas cosas en tiempos distintos. Con un golpe de timón político
todo cambia. Se hizo famoso el discurso del ministro porque para acercarse al pueblo se despojó de
la jerga de economicista y dijo aquello de que si no se podía comer merluza
habría que comer chicharros. Lo de la merluza debió de ser un desliz del
ministro, porque lo que se veía en las puertas de las tiendas de comestibles de
la época eran unas cajas redondas de madera con arenques secos. En las ventas
se vendían alpargatas y latas de mejillones y el pan se cocía en hornos de leña
y lo vendía el panadero; la leche la traía las lecheras y de vez en cuando una
mujer bajaba del campo con quesos de cabra, liebres o perdices. Los pantalones
los confeccionaba la pantalonera, y a la camisa del hermano mayor le cambiaban el cuello y la
heredaba el pequeño.
En primaria íbamos a la escuela con una enciclopedia que hoy echan de menos
los comentaristasde la COPE, y en bachiller se heredaban los libros.
Los belenes no tenían lucecitas; si acaso una bombilla detrás del palacio
de Herodes y cuando murió Kennedy lo vimos en blanco y negro...qué digo, y
Franco, ¿se acuerdan ustedes? :Españoles Franco ha muerto... todo gris, muy
gris y muchos grises.
De repente todo empezó a moverse. Yo creo que el rock and roll tuvo la
culpa de la primera ola de avances tecnológicos; bueno el rock and roll y la
penicilina, y el petróleo y el plástico, y la televisión y el turismo. En
España teníamos la conciencia de que fuera, es decir en Francia y alrededores,
todo era mucho mejor que aquí dentro; aunque a la vez se decía que como en
España no se vivía en ningún sitio. Es
que este el un país del oxímoron por excelencia.
En la España marítima y playera la vida cambió a caballo de las caderas y
los bikinis de las turistas: si había nórdicas en la playa había desarrollo, si
no; a la era con las caballerías.
Un día cogí El País, cuando aun me creía lo que publicaban, y leí: Al Gore
en una alocución ante los medios hizo saber que se iba a impulsar la red de
redes para uso público: “el contenido de
la Biblia podrá pasar íntegro a través del atlántico en cuestión de pocos
minutos”, añadió.
Comenzamos a saltar desde los teléfonos móviles que parecían un maletín de
auxiliar técnico sanitario hasta el diseñominimal del iphone 6, las impresoras
por wifi, los coches sin conductor, los robots, los cajeros, las cajeras, el
arroba punto com o los implantes dentales y las muñecas hinchables.
Pero ningún invento comparable al euro, de metal o de papel nos lleva de la
ceca a la meca, y gracias a él más de media España no llega a final de mes.
Este mundo se ha dado la vuelta a si mismo, y lo que hasta ahora se
consideraba “las ciencias adelantan que es una barbaridad”, se ha convertido en
un ERE múltiple que echa a la gente a la calle porque la robótica hace lo que hasta
fechas recientes hacíamos con las manos y la cabeza. Hasta la Termomix le ha
dado un codazo a mi asistenta.
A mi no me parece mal que la tecnología avance, no me parece mal pensar que
dentro de dos décadas los robots nos hagan todo. No, no me parece mal el ocio ni
el negocio. Pero como la robótica produce bienes, no pobreza; lo que pienso es
que esa riqueza se reparta, se reparta
el trabajo y sus beneficios.
¡Yes we can!
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