SALA DE ESTAR
Mi tiempo
Mi abuelo no rezaba;
tenía los ojos azules
casi chinos.
Yo los tengo marrones
y una nariz de piel entre
queso y nuez
con un puro apagado
colgando de la boca.
Tampoco rezo
Se sentaba en un sillón
al lado izquierdo de una
gran cocina
Ni sueño.
Sus botas de cordones
redondos
tenían un parche bajo las
suelas,
que sangraba.
Y ahora que es la hora
las mías
también.
Robert Carter
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