ALMENDRO
Desiertos de silencio
Trozos de desierto eternizan
desiertos de silencio;
un rumor de calimas,
de corneas, de ceguera
y de basalto.
El tiempo del volcán quebró las rocas,
penetró las sombras con azufre,
y dio gobierno
y rotundidad al rayo.
Las raíces se adhieren a la piedra,
y los pinos callan;
incómodas las ramas se retuercen,
no temen al fuego
ni al hacha;
observan al cernícalo
y dan guarida a los lagartos.
Tabaibas de leche cegadora,
alfombras de soles espirales
y puntas de sable en la melancolía.
El tamboril
pervierte a los erizos,
las estrellas de mar venden su sexo
y la fula muere en los paseos.
Insectos de hojalata
copulan en la levedad de la calima.
Todo bulle
bajo la mirada placida de un mar de nubes
y el regocijo de los camarones.
Tajineste
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