domingo, 20 de diciembre de 2015

Vita vitae II

Estaba en el aeropuerto de los Rodeos cuando por los altavoces nos advirtieron de que estuviéramos atentos a los anuncios de puerta de embarque y hora de nuestros vuelos porque no iban a ser anunciados por megafonía. Yo que soy propenso, por educación literaria, a la traducción de metáforas, enseguida pensé " como se pasa la vida, como se viene la muerte tan callando". Cuando yo era joven a los actores de los dramas de Buero Vallejo se les escapaba el tren, que era la vida, y se encontraban de pronto frente a un abismo,- tradúzcanlo ustedes como quieran- sin tiempo ni manera de solucionar lo que se habían perdido, que es lo bailao, pues cuando alguien echa una cana al aire o se come una langosta dice: que me quiten lo bailao. Y es que la vida es un tango. Eso dicen los que lo saben bailar, para mí la vida es un pasodoble cantado por Diego el Cigala porque a Manolo Escobar no lo aguanto.

Recuerdo cuando era pequeño, muy pequeño debía de ser porque era en el bautizo de un primo y hoy cuando me encuentro con él somos casi iguales, pues bien, en aquel entonces había unos caramelos que llamaban adoquines, porque eran muy grandes. Yo en plena fiesta me metí uno en la boca, se me quedó atascao en el garganchón y con la boca abierta lloraba, y lloraba; a mi madre le dio un ataque de algo y se quedó paralizada. La Engracia me metió los dedos y me sacó el pedrusco con gusto a naranja. 

Otra vez, en segundo de bachiller, fui a un campamento del Frente de Juventudes. Fui porque todos mis amigos fueron, y pasé un verano muy divertido vestido de flecha, cantando montañas nevadas y saludando a la bandera. Cuando volví a casa, mi padre que no me vio partir porque solía pasar tiempos fuera de casa, cuando me vio llegar vestido de falangista se enfadó mucho con mi madre y le dijo que como lo había permitido. Y es que mi padre era rojo y oía Radio España Independiente Estación Pirenaica. 
Soñé que pasaba a comulgar desnudo, y nadie se daba cuenta, pero me desperté sudando, el pijama hecho una charca. Por eso en la antigüedad los sacerdotes interpretaban sueños. 
La primera vez que me emborraché fue con champan rosado. 

Por qué cuento estas historias, pues para poner ejemplos de lo que es la vida, cosas que pasan, unas ligadas a las otras. 
Para ponerme solemne podría decir "La vida es sexo y en polvo te convertirás" , pero no sería justo con la vida, porque además de sexo la vida es un enredo monumental.

Hay gente, yo no la envidio, que simplifica todo, son los místicos, los sufíes, para estos todo consiste en ponerse en contacto con dios, como si marcaran un número de teléfono y a lo Gila ¿está dios? Dígale que se ponga, que lo quiero adorar. Y se ponen a adorarlo y dicen que algunos de ellos de tanto adorarlo se levantan de la alfombra. Yo eso no me lo creo.

Para mí la vida es más barroca, más llena de tirabuzones y de colores. No quiere decir que los tirabuzones sean encantadores como los de las niñas de doce años, no; a veces son retorcijones de tripas o cólicos hepáticos; pero también hay amores que nos enamoran y nos quitan el sentido. Esto lo digo porque lo he oído decir, sobre todo a las mujeres, y es que pienso que las mujeres aman con todo su ser y nosotros solamente con la parte más importante del cuerpo que diría Woody Allen.

Espero que les haya quedado claro lo qué es la vida: un enredo. Y muchas cosas más que yo me cayo.
Sarolta Ban

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