jueves, 24 de abril de 2014

Felicidades, Maria 

Título: NURIA

Recibió el día de su primera comunión un montón de cajas de bombones y monedas de cinco duros que Nuria metía con cuidado en la faltriquera de su radiante vestido  de organza. Pero el regalo de su abuelo iba a acompañarla durante mucho años en su vida: una pluma Parker con su nombre grabado en plata.
-Toma, para que escribas lo que pienses – el aliento con aroma de tabaco se quedó en su interior como un secreto.
La primera página del diario que le regaló su madre para que estrenara la pluma, la tituló Nuria: “Mi primera comunión”. Y desde aquel día decidió que no pasaría ninguno sin escribir algo en el diario: pensamientos, anécdotas, sentimientos…
Pasados los años, cuando ya estaba en bachillerato le dio por comentar en el diario todos los libros que leía, y esta costumbre se fue ampliando y más adelante en lugar de escribir un comentario entablaba conversaciones con los autores de los relatos, como si estuviera sentada cara a cara con ellos. La idea le satisfacía tanto que comenzó a hacer lo mismo con las películas. Y preguntaba al director por qué en lugar de Robert Redford no había puesto a …. O por qué en lugar de matar a Emma y Louise no las dejaba atravesar la frontera de Méjico.
De  estas discusiones, que eran en cierto modo  una especie de método socrático a la moderna,  arrancó la idea de continuar las novelas o los cuentos cambiando sus finales o añadir nuevas historias. Por ejemplo a Lazarillo de Tormes lo puso a trabajar en casa de un inquisidor de Sevilla que le torturó por mentir y Lazarillo tuvo la habilidad de envenenarlo con una amanita faloide que encontró en una maceta de la iglesia o aquel en que las mujeres del partido montaron un convento donde en vez de rezar se dedicaban al fornicio.
Cuando se casó lo hizo con la condición de que su marido le permitiera tener una gran habitación donde ella pudiera ordenar no solo sus libros, sino también los preciosos cuadernillos que usaba  como diarios. Loren, así se llamaba el marido, buscó un piso de ciento ochenta metros, porque su amor no tenía límites. Y además, como regalo de boda, mandó encuadernar con tapas duras todos los cuadernos y puso en sus lomos con la misma caligrafía que en la pluma de su abuelo las fechas en que se habían escrito.
Cuando tuvo familia no tenía tiempo para comentar todas las novelas que devoraba, y se le ocurrió la idea de comprar una grabadora  y grabar las conversaciones mientras pasaba la aspiradora, iba al trabajo o bañaba a los pequeños. Y con el mismo sentido del orden con que organizó las estanterías de los quinientos ochenta y cinco diarios clasificaba las “cassettes” .
Su marido le reprochaba que pasara tantísimas horas dedicada a su “hobby”, pero ella respondía que de las veinticuatro horas que tiene el día , seis eran para sus hijos y su marido, seis para el trabajo, seis para escribir y seis para el dormitorio. Y además, le pidió que hicieran  obras en casa porque iba a necesitar otra habitación para seguir clasificando diarios.
Ocurrió que un día en que los niños no estaban en casa y ella y su marido estaban viendo en la televisión el mismo asunto, Arcadi Espada dijo que él tenía un blog. Las explicaciones de Arcadi y los demás tertulianos le sirvieron a Nuria para saber lo que era un blog. A Nuria se le abrieron los cielos: ahora podría escribir, archivar lo escrito en la red y publicar lo escrito.
Su amiga Helen, que era informática de profesión, le organizó un blog a su propio nombre “La noria de Nuria” y empezó a dar vueltas a la noria hasta que acabó sacando enjundia. Escribía sin cesar, como si fuera una de esas fuentes antiguas, manantiales de agua fresca y fría. La gente que se paraba en la fuente bebía y bebía y cada vez las colas de amigas con cántaros era más larga
y Nuria no paraba de manar ideas, de relatar cuentos de colgar fotografías. Las seis horas las estiró hasta siete, primero, luego a ocho. Con la familia era como una funámbula,  ponía las mesas, servía la comida y hacía las camas al mismo tiempo, trabajaba y recogía sus hijos como si estudiaran en su oficina. Le daba tiempo para todo, todo lo sabía y todo lo leía.

Se dio cuenta que desde que se inventó internet la inmortalidad se traducía en bits, y que su verdadera sustancia era el pensamiento.

2 comentarios :

  1. jajaja tal cual, aayyyyyy esta NURIA pero qué reloca está, cómo me suena! con algunos matices claro porque el tal Loren jajaja como que no ¿eh? si acaso, se iría con su amiga la informática a comprar toodas las ofertas de alimentos, detergentes, vinos de Ribera de Duero y aceite de oliva -eso sí, virgen extra - mientras ella ( su amiga la informática ) arrasaba en las tiendas de regalos a cual más exótica y exotérica que encontraba ( nadie como ella para encontrar el regalo perfecto para cada persona). Ambos eran tan felices comprando que entre los cuadernillos de Nuria y las ofertas de Loren, en lugar de en una casa parecía que vivían en un almacén de ultramarinos al por mayor, con abastecimiento suficiente para sobrevivir a la tercera y a la cuarta guerra mundial jajaja graaaaaaaciasssss!!!

    Espero que estéis disfrutando muchísimo los tres y sonriendo casi tanto como yo ahora mismo....

    Mmmmmuaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaksss!!! inmeeenso para los tres.
    Ah! por cier Joaquín ( es para obligarte a decirle algo en el blog de Nuria, sé de buena tinta que le haría muchísima ilusión :-) Esta noche, si puede ( lleva un días de locos con el trabajo :-) subirá unas fotos preciosas a ver si anima a la primavera a asomar que ahí seguro que os estáis tostando ( queeeeeee envidia) pero aquí llueve y hace un frío que pela!...no dejes de escribir jamas Joaquín, es delicioso leerte...me dice Nuria que debe dejaros creo que tiene que irse corriendo a repasar la lista de los reyes godos, después a oficiar el santo rosario a la vez que canta los números de la bonoloto y retocar un parte de retablos policromados que se los está comiendo la carcoma mientras le hace una tortilla de patata para Eva :))

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    1. Poco a poco me voy acostumbrando a este blog. Ya te contó Eva que me robaron el IMac y los pen drives. Afortunadamente tenía más Pen Drives en la oficina y he salvado casi todo.
      Gracias por el comentario
      Besos,
      Joaquín

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