La isla le esperaba,
El sol tenía ansias de explotar
Como lo hacen las margaritas

La casa siente el pulso de la vida,
Los balcones reverdecen,
Las ventanas se saludan
Y las puertas se abren como abrazos.
Llegan noches de ansiedad,
El canto pleno y el llanto que reclama
Sabia de amor en los pechos,
Besos
Y pulsos de silencio.
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