24. Quema
La tierra quema.
Abrasa el sol la espalda
de la piedra,
la duna del desierto,
la leche de los cactus.
Quema el camisón de la serpiente.
No hay amantes,
las olas son desierto,
la lluvia,
hedor en el agua de los
ríos.
Mis manos abrasan,
aprietan polvo de gusanos.
El mar se cansa,
entre destellos de luz
que nunca cesa,
bebe su espuma
y la grasa y el orín de
los metales.
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