LA SUERTE DE MELANY
Elys nos compró
un apartamento hace mucho años y cuando mi hijo Goldobika fue a Inglaterra a
estudiar, ella y su esposo Archivald, fueron sus tutores. De clientes se
convirtieron en amigos y desde que Elys enviudó, cada vez que viene a Tenerife
nos llamamos, cenamos, nos reunimos…
-Me ha dicho Kenn
que la hija de Elys está en Hospiten.
-¿Qué tiene?
-No sé, llámala.
Elys ha
envejecido mucho, no tiene el vigor de antes, pero sí la delicadeza: con
ochenta y tres años, prepara el té , canapés de salmón, la copita de cava y esa
tarta que los ingleses llaman “Crumble”.Parlotea el español que aprendió cuando
compró el apartamento.
-Gracias por
llamar, Joaquín. La pobre Melany tiene neumonía, está en la UCI en Hospiten.No
me atreví a llamarte, pero lo cierto es que me viene muy bien que nos lleves en
tu coche. Randall no se atreve a conducir en el continente.
Todo lo que no
sea Inglaterra, para ellos es el continente.
Me ofrecí a
llevarles cada vez que lo necesitaran hasta que Melany fuera dada de alta.
Los primeros
días fui con Elys y Randall, su yerno. Pero la convencí para que se quedara en
casa y que solo fuera a la clínica una vez por semana; yo seguiría llevando a
Randall.
Randall es un
hombre muy reservado, apenas habla, un inglés de clase media alta, flemático y ,a
primera vista, aburrido.
Un día vimos al
pasar por la Alcalá un grupo de musulmanes, ellas con velo y ellos en chilaba.
-¿Hay muchos
inmigrantes en las islas? –me preguntó Randall.
Para él el gran
y casi único problema del Reino Unido era la inmigración.
-Están acabando
con nuestra cultura. Vienen y no nos aceptan. Los terroristas de hoy son de segunda
y tercera generación.
Pensé que al
llegar a la clínica le tendrían que hacer una transfusión, si es que estas
ideas se llevan en la sangre.
El viernes Elys
vino a ver a su hija y Randall se quedó en casa descansando. Elys me regaló “La
isla del tesoro” para Goldobikay me dijo que en cuanto saliera Melany del
hospital iríamos a cenar al Princesa Isora. Pasábamos por la gasolinera de la
“Chiquita” y cuando paré para repostar, ella discretamente fue al servicio. Volvió
al coche con un billete de la ONCE. Nos reímos, pues este detalle mostraba
hasta qué punto intentaba integrarse en nuestras costumbres.
Como habíamos
quedado, la semana siguiente ella se quedaba en casa y llevé al yerno que seguía
con su obcecación y comenzó a hablarme de
los africanos y de un partido , el UKIP, de la falta de puestos de trabajo para
los ingleses y de la salida del Reino Unido de Europa.
Me salió el
espíritu tábano y le dije que para mi todos los seres humanos deberían poder
moverse por un mundo sin fronteras.
Me miró con la
expresión del sargento de “Pasaje a la India”, mitad arrogante, mitad baboso…
solo por Elys soporté el aguacero.
El viernes siguiente
volví a llevar a Elys a Hospiten Sur. En el camino se quejó de un dolor en la
boca del estómago. En Las Américas me dijo que algo le había sentado muy mal.
La ayudé a salir del coche y como ya estábamos a las puertas del hospital la
llevé a urgencias. No esperamos nada. Pero el bolso con todas sus pertenencias
se había quedado en el coche.
Salí, corrí al
coche, abrí su bolso y cogí su pasaporte pensé que el bolso estaba más seguro
en mi poder. Cuando llegué de nuevo a urgencias tuve que esperar bastante rato
hasta que una enfermera preguntó por los familiares de Mrs Durrel.
Me identifiqué
como amigo y me comunicaron que la señora Durrel, es decir Elys, había fallecido.“¿Fallecido?”, pregunté, y
lloré, como si fuera una tía carnal.
-El certificado
médico se lo darán más tarde, pero tendrá que venir alguien que justifique ser
familiar, –me dijo.
Miré a la
enfermera, a la puerta, a la gente que se movía a mi alrededor…¿A ver, qué hago?…
-¿Puedo verla?
–pregunté.
-Aun no. Y
lamento tener que decirlo, pero alguien tiene que hacerse cargo de los gastos
en que se ha incurrido.
La cosa se
complicó porque Lola estaba en Edimbrugo, yo no tenía el teléfono del yerno, la
hija estaba en la UCI, la administración de los apartamentos donde viven ellos cierra
los viernes por las tardes y los fines de semana, y para colmo, no importante, pero
desagradable, yo iba en pantalones cortos, cholas y con solo el carné de
conducir y treinta euros en el bolsillo.
Le dije a la
enfermeraque iba a mi casa y que volvería más tarde. Firmé un documento en el
que me responsabilizaba de los gastos.
Al llegara casa recogí
el bolso de Elys y desparramé todo su interior sobre la mesa: un pastillero,
barra de labios un espejito, pañuelos de papel, la cartera con trescientos
euros en billetes diversos, fotos de su familia y el billete de la ONCE.
Me arreglé, y
fui a buscar al yerno que dormitaba en la terraza de su apartamento. Salió a
abrirme adormilado, sudoroso con un matamoscas en la mano y la camisa hecha un “rebujón”.
Le conté la
desgraciay la cara de bobo se multiplicó por cuatro. Nos lanzamos a la
carretera. La pobre Elys nos esperaba en el tanatorio y su hija seguía en la
UCI.
Le llevé a
Randall a la recepción, una enfermera africana, negra y hermosa le pidió su
tarjeta de crédito y me entregó el documento que yo había firmado.
Una semana más
tarde, quizás diez días, Randall y Melany salieron con las cenizas de Elys en
un avión destino Leeds, donde viven.
Un mediodía, la
chica de limpieza, a quien apenas veo, me dijo que un bolso que estaba sobre el
sofá lo había dejado en la estantería del salón.
Volví a abrirlo
y junto con las pertenencias íntimas había una cartera de Macy´s con dos
billetes de veinte euros y el número de los ciegos que había comprado en la
gasolinera de la “Chiquita”. Recordé que yo tenía otro igual.
Miré en internet
y no podía creerlo, nos había tocado la lotería, no mucho, pero entre los dos, veintiséis mil euros.
Se lo dije a
Lola y me recordó que el dinero no era nuestro, pero yo no estaba dispuesto a
dárselo a aquel arrogante con bermudas, y pensé que Cáritas se lo tenía más
merecido.
Qué preciosidad! pero qué maravilla. Jo! casi me hacéis llorar... letras e imagen ¡¡FANTÁSTICAS!! mil gracias a los dos... dile a Joaquín de mi parte que es un cielazo, ya lo sabe pero es igual, se lo dices. A ti ya te lo digo yo en directo, aunque tb lo sabes... y además, para él y toda la familia mis deseos de ¡¡FEIZ NAVIDAD!! a ti tb te lo digo in person y te mato a besos en cuanto tus exámenes me dejen pillarte ;)
ResponderEliminarMuuaaaaakkssS!! y que te cunda el tiempo... ¡¡ánimo campeona!! ;)